Se requiere un examen físico completo y una historia detallada antes de la terapia con rituximab. El médico debe considerar cualquier contraindicación para el medicamento en todos los pacientes. Se debe prestar especial atención a las vacunas anteriores. El paciente debe estar completamente informado sobre el perfil terapéutico del medicamento y todos los riesgos y beneficios. Para los pacientes con una enfermedad activa, el médico puede reducir la dosis y/o interrumpir la terapia. Sin embargo, si las reacciones adversas o las preocupaciones de seguridad persisten, el paciente debe ponerse en contacto con su médico.
Los productos inyectables que contienen rituximab se usan para tratar la artritis reumatoide, la granulomatosis con poliangeítis, el linfoma folicular y la leucemia linfocítica crónica. Se utilizan para tratar estas enfermedades mediante el bloqueo del daño al sistema inmunológico. También son eficaces en el tratamiento de infecciones causadas por el virus JC, el herpes simple y el CMV.
Hay varios usos fuera de etiqueta de rituximab. En 2017, más de la mitad de los pacientes recibieron rituximab para una indicación fuera de etiqueta. Esto supone un aumento del 55,6% desde un mero 1,2% en 2009. Este tratamiento también aumenta la permeabilidad de la piel al despolimerizar el hialuronano. También aumenta la inmunidad del cuerpo y puede tratar una variedad de enfermedades.
Además del uso del anticuerpo monoclonal anti-CD20 para enfermedades autoinmunes y linfoproliferativas, el rituximab se usa para tratar a pacientes con leucemia linfocítica aguda o crónica. Por lo general, se administra con metotrexato para reducir el riesgo de efectos adversos. Sin embargo, hay algunas limitaciones para el uso de este medicamento. No está aprobado para todos los tipos de cáncer.